El método Kaizen y el enfoque de cambiarlo todo de golpe son dos enfoques diferentes para introducir mejoras en el ámbito personal u organizativo. Kaizen es un término japonés que significa mejora continua; es una metodología que se centra en realizar pequeños cambios graduales a lo largo del tiempo para conseguir grandes mejoras. La idea es dividir un objetivo más amplio en tareas más pequeñas y manejables que puedan abordarse una a una. Mediante la mejora continua de cada aspecto de un proceso, producto o servicio, el kaizen pretende conseguir mejoras sostenibles a largo plazo.
El kaizen implica a todos los miembros de una organización, desde la alta dirección hasta los trabajadores de primera línea, pues el proceso de mejora continua está arraigado en la cultura de la empresa, y se anima a todo el mundo a identificar áreas en las que se puede mejorar. El objetivo es crear una cultura de mejora constante, en la que todos busquen siempre formas de hacer mejor las cosas. En cambio, cambiar todo de golpe es un planteamiento más drástico de la mejora. Consiste en introducir cambios radicales en un proceso, producto o servicio de una sola vez. Suele utilizarse cuando es necesario un cambio rápido o cuando la situación actual se considera insostenible.

Aunque cambiar todo de golpe puede dar resultados rápidos, también tiene sus inconvenientes. Puede resultar abrumador para los empleados, que pueden tener dificultades para adaptarse a los nuevos cambios. También puede ser costoso, ya que puede requerir una inversión significativa en nuevas tecnologías o procesos. Y si los cambios no tienen éxito, puede ser difícil dar marcha atrás. En cambio, el Kaizen es un planteamiento más mesurado que permite una mejora continua a lo largo del tiempo. Implica menos riesgos y puede dar lugar a resultados más sostenibles. Aunque puede que no produzca mejoras inmediatas y espectaculares, el efecto acumulativo de pequeñas mejoras a lo largo del tiempo puede ser significativo.
Cómo funciona el kaizen
Como lo dijimos anteriormente, Kaizen es un término japonés que significa «mejora continua». Se trata de una filosofía y un enfoque del trabajo cuyo objetivo es introducir pequeños cambios graduales en los procesos y sistemas a lo largo del tiempo, con el fin de mejorar la eficiencia, la calidad y la productividad. El objetivo del kaizen es introducir mejoras graduales que se sumen, con el tiempo, en lugar de buscar cambios radicales o avances repentinos. El kaizen funciona animando a todos los miembros de una organización, desde la alta dirección hasta los trabajadores de primera línea, a identificar y abordar continuamente las oportunidades de mejora. Esto implica crear una cultura de aprendizaje y experimentación continuos, en la que se anima a los empleados a cuestionar el statu quo y sugerir nuevas ideas. El proceso kaizen suele constar de cuatro pasos clave:
Planificar: Identificar el proceso o sistema que se va a mejorar y fijar un objetivo claro para la mejora.
Hacer: Aplicar los cambios y mejoras, a pequeña escala, para comprobar su eficacia.
Comprobar: Medir y evaluar los resultados de los cambios para determinar si han servido para alcanzar el objetivo.
Actuar y Escalar: Si los cambios han tenido éxito, aplíquelos a mayor escala; si no, perfeccione y repita el proceso.
Siguiendo estos pasos, las organizaciones pueden introducir mejoras graduales y constantes en sus procesos y sistemas a lo largo del tiempo. La clave del kaizen es involucrar a todos los miembros de la organización en el proceso y crear una cultura de mejora continua que valore la experimentación y el aprendizaje.
Las 5 “S” DEL KAIZEN
Las cinco “S” del kaizen son un conjunto de principios que se utilizan para ayudar a organizar y mejorar el lugar de trabajo. Son la piedra angular de la filosofía kaizen, que hace hincapié en la mejora continua a través de pequeños cambios incrementales.
Las cinco «S» son las siguientes:
Seiri (Ordenar) El primer paso consiste en clasificar todos los elementos del lugar de trabajo y eliminar todo lo que no sea necesario. Esto incluye deshacerse de cualquier herramienta, equipo o material innecesario que ocupe espacio o cause desorden.
Seiton (Poner orden): Una vez eliminados los elementos innecesarios, el siguiente paso consiste en organizar los restantes de forma que sean eficientes y tengan sentido. Esto puede implicar la reorganización de los puestos de trabajo, el etiquetado de herramientas y materiales, y el desarrollo de un sistema claro de almacenamiento y recuperación.
Seiso (Brillo): La tercera S se refiere a la limpieza. Esto significa mantener el lugar de trabajo limpio y ordenado en todo momento, así como limpiar y mantener regularmente el equipo y las herramientas.
Seiketsu (Estandarizar): La cuarta S implica la creación de normas y procedimientos para garantizar que las tres primeras S se mantienen a lo largo del tiempo. Esto puede implicar la elaboración de listas de comprobación, el establecimiento de protocolos de limpieza y organización, y la creación de directrices sobre cómo debe realizarse el trabajo.
Shitsuke (Mantener): La última S consiste en asegurarse de que las mejoras conseguidas con las cuatro primeras S se mantienen en el tiempo. Esto requiere un esfuerzo y un compromiso continuos por parte de todos en el lugar de trabajo, y puede implicar formación y educación periódicas para garantizar que los empleados comprendan la importancia de la filosofía kaizen y estén motivados para seguir realizando pequeñas mejoras graduales.
En conclusión, tanto el Kaizen como el enfoque de cambiar todo de golpe tienen su lugar en el mundo de la mejora. El kaizen es un enfoque más gradual y sostenible, mientras que cambiar todo de golpe puede ser más eficaz para un cambio rápido. La clave está en elegir el enfoque que mejor se adapte a la situación, teniendo en cuenta los objetivos, los recursos y la cultura de la organización.